Para no ser mamá del marido, es imprescindible tener una vida propia; es decir, aspectos de la vida que no están en función de alguien más. Yo tengo una: voy de gane...
Luego, es necesario renunciar a la autoridad que la cultura concede a la mujer en el ámbito doméstico. Eso sí es difícil para mí. La educación diferencial para niñas hace que tenga más cuidado que mi marido, por ejemplo, con la ropa o con los trastes, así que supongo que mi manera de hacer las cosas debe ser "la" manera en que se hagan en esta casa; pero en realidad no tiene que ser así: su manera de hacer las cosas se vale.
Casi diez años de vida en común y vamos caminando...
Casi diez años de vida en común y vamos caminando...
Silvia Parque
Diez años es lo mínimo para aprender a convivir. A las mujeres nos cuesta mucho aprender a delegar en la casa.
ResponderEliminar¿Tú tienes bebés?. Un beso.
Menos mal que me dices que diez años es lo mínimo, porque a veces pienso que cómo nos hemos tardado en aprender... aunque sin duda, la mayor parte del aprendizaje ha sido disfrutable.
EliminarNo tengo bebés, todavía :)
Un beso, Susana.