Yo no le temo a casi nada del mundo real-material. Tendría miedo de estar con una fiera o en medio de un cataclismo, pero no temo per se a ninguna fiera o cataclismo. Mis miedos están fundidos con la ansiedad y la angustia y todos se refieren al mundo social, por lo que en el fondo son miedo al rechazo; encararlos implica estar sola: no en el sentido de vivir sola o pasar sola los fines de semana, sino sola fuera de la aprobación del otro, a cargo de mí misma.
Cada vez que me atrevo a preservarme frente al deseo o la necesidad de otro, me afianzo sobre mis pies.
Silvia Parque
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