domingo, 26 de agosto de 2012

Encarar el miedo

Aunque el miedo es un mecanismo adaptativo, en el caso humano se vuelve desadaptativo fácilmente. Cuando dejamos de huirle a los objetos que nos atemorizan, estos cobran su justa dimensión; usualmente se hacen mucho más pequeños. La idea no es original; a mí se me quedó grabada con Louise Hay.

Yo no le temo a casi nada del mundo real-material. Tendría miedo de estar con una fiera o en medio de un cataclismo, pero no temo per se a ninguna fiera o cataclismo. Mis miedos están fundidos con la ansiedad y la angustia y todos se refieren al mundo social, por lo que en el fondo son miedo al rechazo; encararlos implica estar sola: no en el sentido de vivir sola o pasar sola los fines de semana, sino sola fuera de la aprobación del otro, a cargo de mí misma.

Cada vez que me atrevo a preservarme frente al deseo o la necesidad de otro, me afianzo sobre mis pies.

Silvia Parque

No hay comentarios:

Publicar un comentario