Silvia Parque
sábado, 18 de febrero de 2012
La dimensión desconocida: calcetines
Anoche me puse encima de los calcetines, unos calcetines abullonados de textura acariciable, en parte para aumentar el calor, en parte porque la tela de los primeros calcetines no me acaricia. Queda, pues: pie ¬ caletín no rico ¬ buen calcetín. Ya lo había hecho antes, pero no había caído en la cuenta de que, estando la piel de mi pie en contacto solamente con el primer calcetín, no debería sentir el segundo. Conjeturo que el primer calcetín es tan delgado, que percibo el segundo. Pero un calcetín delgado no habría calificado para pasar la noche conmigo, ni siquiera acompañado de otro calcetín. Enonces recuerdo el misterio de los calcetines abducidos y entiendo que el comportamiento de estas entidades textiles responde a una lógica de otra dimensión.
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