martes, 29 de julio de 2014

Ejercicio en la oscuridad

No está a discusión que Silvia haga ejercicio temprano, antes de cualquier otra cosa. Doy gracias mientras me visto, y empiezo a moverme: si no es de inmediato, se me hace difícil empezar. Así que, lo más que puede haber entre el espacio de vestirme y hacer ejercicio, es medio pasarme un peine por el cabello, o ir al baño si hay necesidad. Pero resuelvo que no es necesario levantarme a las 5:30, sobre todo considerando que no es posible dormir antes de la medianoche. A las 6:30 estaría bien, e incluso podría ser a las 7:00; de ese modo descanso suficiente y puedo empezar a ser productiva a una hora decente. Sin embargo, a esas horas ya es oficialmente la mañana...

A mí me gusta ver el cielo oscuro mientras flexiono las piernas. Me gusta oír los ruidos de la calle antes del día. Y me gusta mucho que no haya gente; acaso alguien más en su propia rutina, o todavía alguien más, pero cada cual en lo suyo, como si de noche fuera educado no saludarnos.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Demuestras una fuerza de voluntad admirable!

    Besos!

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    1. ¡Vaya, Telma, gracias!, la fuerza de voluntad es de lo que menos reconozco como característica mía :) me agrada pensar que al final, haciendo las cosas como voy pudiendo, se "va haciendo" la fuerza de voluntad que pueda faltarme.
      ¡Besos!

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