No está a discusión que Silvia haga ejercicio temprano, antes de cualquier otra cosa. Doy gracias mientras me visto, y empiezo a moverme: si no es de inmediato, se me hace difícil empezar. Así que, lo más que puede haber entre el espacio de vestirme y hacer ejercicio, es medio pasarme un peine por el cabello, o ir al baño si hay necesidad. Pero resuelvo que no es necesario levantarme a las 5:30, sobre todo considerando que no es posible dormir antes de la medianoche. A las 6:30 estaría bien, e incluso podría ser a las 7:00; de ese modo descanso suficiente y puedo empezar a ser productiva a una hora decente. Sin embargo, a esas horas ya es oficialmente la mañana...
A mí me gusta ver el cielo oscuro mientras flexiono las piernas. Me gusta oír los ruidos de la calle antes del día. Y me gusta mucho que no haya gente; acaso alguien más en su propia rutina, o todavía alguien más, pero cada cual en lo suyo, como si de noche fuera educado no saludarnos.
Silvia Parque
Demuestras una fuerza de voluntad admirable!
ResponderEliminarBesos!
¡Vaya, Telma, gracias!, la fuerza de voluntad es de lo que menos reconozco como característica mía :) me agrada pensar que al final, haciendo las cosas como voy pudiendo, se "va haciendo" la fuerza de voluntad que pueda faltarme.
Eliminar¡Besos!