Hace años, conversábamos dos parejas y llegamos al tema de las compras, gastos, "lo caro", "lo barato", etc. El hombre de la pareja amiga puso como ejemplo su playera: "como esta", dijo, "que me costo $X". No recuerdo la cantidad, pero era algo ínfimo, como unos $4 de hoy. La había comprado en un bazar de ropa usada.
Lo dijo orgulloso: "...me costó $X" y yo pensé: "se nota". Le quedaba grande, para empezar.
Muchas veces he tenido que hacer malabares con los pesos y he comprado algo que no es de buena calidad porque es lo que puedo pagar. Muchas veces he usado ropa que no me queda bien porque es lo que hay (hubo un tiempo en que ninguna de mis prendas la había elegido yo). Pero si puedes elegir... me parece que la cereza del pastel de la miseria es estar de poquitera con una misma.
No digo nada contra aprovechar lo que otra persona desocupó. De hecho, es bueno para el planeta que demos toda la vida posible a los objetos.
Además, me queda claro que "lo bueno" es diferente para cada cual: una no tiene porque vestirse a la moda ni usar la talla que los demás creen que nos corresponde. Me chocan esas frases de "te sacarías más provecho si..." porque son una crítica por no ir tras determinado modelo de imagen.
Lo que señalo es la tacañería, que es otra cosa y puede llevar a la persona a ser miserable. Me refiero a la dificultad hasta la incapacidad emocional para desembolsar una cantidad razonable a fin de tener algo que nos va a hacer "bien": porque se nos va a ver bien, porque nos va a dar un gusto...
No estoy diciendo que haya que pagar precios altos para tener cosas buenas o que buscar pagar poco signifique "algo" a priori. Es normal que la mayoría de las personas prefiramos pagar menos que más; pero una cosa es disfrutar esa sensación de triunfo por haber conseguido algo barato y otra cosa es conducirnos como arrastrados por la necesidad de esa sensación, renunciando sistemáticamente a experiencias de bienestar.
Puede ser que parezcamos tacaños cuando evitamos gastar en lo que no nos interesa. Eso no importa. Lo que importa es no serlo, es decir: no evitar gastar lo razonable en lo que sí nos interesa; no llegar a ser miserables hasta perder el interés en lo que configura nuestras experiencias de bienestar cotidiano.
Silvia Parque
Yo me veo austero, pero no tacaño. Austero, porque no disfruto comprando y mucho menos ropa. No tacaño, porque no me pesa gastar el dinero cuando la necesito. Lo que no hago es concesiones a las marcas. A las modas, lo mínimo imprescindible para no parecer salido de otro siglo. Un coche me dura muchos años, porque hago pocos kilómetros y no me seduce cambiarlo mientras está bien. Tampoco soy de llevar el último móvil/celular que ha salido. No es un objeto al que le saque partido. Prefiero no escatimar en las pequeñas cosas de todos los días y no ser de los que siempre se encuentra en el baño a la hora de pagar una ronda.
ResponderEliminarEs así como yo lo veo, aunque supongo que habrá quien piense distinto, sobre mí y sobre mi forma de verlo.
Yo también creo que lo que describes es austeridad. No veo porqué una debería gastar sino lo imprescindible en lo que a una no le interesa particularmente. Justo hablaba con una amiga que piensa en cambiar de automóvil y le contaba que yo, si pudiera comprar el que quisiera, no compraría uno nuevo, que se deprecia apenas al salir de la agencia; entiendo que hay personas a quienes les hace mucha ilusión que sea nuevo, pero a mí, no. En cambio, gastaría en una edición de un libro, aunque pueda encontrar el mismo texto en una edición económica. Para mí es bien importante eso de no escatimar en las pequeñas cosas cotidianas porque están mucho más presentes que las "cosas grandes". Tengo una tía querida a la que le gusta el café del Oxxo -una tienda de conveniencia- y piensa muchísimo para comprárselo porque es mucho más barato prepararse un café en su casa. ¡Pero le gusta el del Oxxo! Puede pagarlo perfectamente. Yo creo que darnos esas cosas es darnos importancia...
EliminarQué buena reflexión sobre el precio de los afectos, de al relaciones. Opino que paar tener calidad se ha de invertir. Yo con la ropa opto por comprar, y no me importa la segunda mano, por prendas neutras que no pasen de moda. En la relaciones un poco lo mismo. Si creo que no me valdrá la pena, invierto poco, pero me he llevado sorpresas, no te quepa duda.
ResponderEliminarUn abrazo
Has redondeado la entrada haciendo este paralelismo con las relaciones. Tienes razón.
EliminarA mí no me gusta la idea de comprar ropa de segunda mano, pero me encanta usarla :) Me llega desde varios frentes. En estos meses he ido a un tianguis a vender cosas que me da una tía, incluyendo ropa, y me surtí a mí misma con la mercancía :D
¡Un abrazo, Albada!
Qué buen tema. Y bien planteado.
ResponderEliminarPor estos lares se liquida mucho, hay una enorme competencia y siempre hay ofertas de todo tipo.
Hay liquidadoras de lo que queda en las tiendas así que no se ve mucha ropa usada. Siempre encuentro algo lindo que me gusta.
En lo que soy intransigente es en la comida. Prefiero pagar más por una buena carne uruguaya a otra de menos calidad, aunque compre menos. O un o dos láminas de buen jamón a medio kilo de uno menos sano.
Y las ferias al aire libre salvan con las frutas y verduras porque los supermercados siempre son más caros solo porque está bien envasado.
Gracias a Dios que hay para disfrutar y para compartir. Eso me gusta.
Gracias a Dios por eso :) Yo creo que más o menos estamos en lo mismo. Creo que perfectamente se puede encontrar una buena prenda a buen precio y si pudiera, sería intransigente con la comida. También prefiero comprar menos de lo bueno que más de lo menos bueno; a veces toca comprar lo que me completo, pero si se puede, ¿cómo voy a dejar de darme, de darle a mi hija? Con la carne, qué te puedo decir: vivo en el lugar con la mejor carne del país -los de Sonora opinan lo mismo de sí mismos-: con gusto pago lo que vale una buena chuleta. Yo creo que la clave en esto está en el gusto: pagar con gusto, saber que algo vale (el trabajo de los involucrados, por ejemplo) y que nosotras valemos darnos el gusto. El gusto y yo XD
EliminarA veces comprar barato significa que no pagas debidamente a los que lo fabrican. Un beso
ResponderEliminarEs verdad y es injusto. Me estoy proponiendo procurar ver de dónde viene el precio de lo que compro...
EliminarUn beso, Susana.
Encontrar aquello que buscas i conseguirlo a un precio razonable ,no está nada mal, no es ser tacaño ni un aprovechado...es tener buen ojo , "no hay que estirar el brazo, más que la mano" , como dicen en mi tierra.
ResponderEliminarSaludos i felicidades por tu blog ;)
Nada mal: es bueno tener buen ojo :)
Eliminar¡Gracias, Artur! Saludos.