Mi cuerpo se está acostumbrando a trabajar de noche. No se acostumbra a los álamos, sin embargo. Al parecer, tampoco se acostumbra a no amamantar y eso que hace muchos meses terminamos con eso.
Yo trato de tomar en cuenta su costumbre y su falta de costumbre, pero a él no le importan las mías: ya no soporta los alimentos muy grasosos ni más de una taza de café cuando es del instantáneo común. Al final, se hará lo que él demande.
El mío no es que se haya acostumbrado a trabajar de noche, creo que es cuerpo de noche. Amamantar no lo ha hecho todavía, por lo que no se he tenido que quitar la costumbre. Está bien hacer lo que demande, pero de vez en cuando es conveniente llevarle un poco la contraria.
ResponderEliminarMe vendría bien un cuerpo de noche :) De que se acostumbre a amamantar, ya te libraste ;) Sobre lo otro: tienes toda la razón.
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