A mediodía, cuando me enteré de la tragedia, hice oración con mi hija en brazos; debía esperar a quedarme sola para llorar. Solo tuve un momentito; pero cómo necesitaba llorar, por quienes estaban ahí, por los papás, por el horror.
Querida Silvia, hay noticias que no deberían suceder. Pero es inevitable no leer o escuchar y frente al impacto solo nos queda la oración para no deshumanizarnos y llorar para liberar la pena. Dios nos ayude a mantener la fe en nuestro corazón.
De verdad que no debería suceder: no es tolerable: no puede ser; pero es y efectivamente, solo nos queda clamar a Dios -que no es poco: es tanto y es todo-. A mí la pena me llena primero la cara, luego el pecho y me cuesta esperar a no estar con la niña para llorar. Dios con nosotros, ojo humano.
Cada día suceden más cosas como esa. Estamos perdiendo el oremus.
ResponderEliminarBesos.
Es demasiado. De locos.
EliminarBesos, Macondo.
Querida Silvia, hay noticias que no deberían suceder. Pero es inevitable no leer o escuchar y frente al impacto solo nos queda la oración para no deshumanizarnos y llorar para liberar la pena.
ResponderEliminarDios nos ayude a mantener la fe en nuestro corazón.
De verdad que no debería suceder: no es tolerable: no puede ser; pero es y efectivamente, solo nos queda clamar a Dios -que no es poco: es tanto y es todo-. A mí la pena me llena primero la cara, luego el pecho y me cuesta esperar a no estar con la niña para llorar.
EliminarDios con nosotros, ojo humano.