"-El hombre es el síntoma de la mujer.
- ¿Y la mujer?
- La mujer es la verdad del hombre".
Helí Morales en conferencia.
Alguna vez me cruzó por la mente la idea de que un hombre era muy diferente a su pareja, mujer, porque él no tenía los defectos que yo veía en ella; a él yo le veía cualidades que contrastaban con el modo de ser, a mi parecer burdo, de ella. Luego pensé lo mismo, al revés, de otra pareja, en la que el defectuoso según yo era él. Un pensamiento del tipo "Fulano(a) es muy bueno(a) para Perengana(o)". Una tontería. Una no conoce en verdad más que a poca gente y esas ecuaciones tienen mucho de soberbia. Pero dejando de lado lo cuestionable que es juzgar a las personas de ese modo -como calificándoles-, hay algo central en esto que no estaba viendo: esa persona, con lo bueno que tenga, eligió a esa otra persona, con lo malo que tenga. Se gustan. Probablemente, eso que yo veo "malo", sea parte de lo que al no-defectuoso(a) le gusta.
Cuando caí en la cuenta de lo que describo en el párrafo anterior, pasé revista rápidamente a un montón de parejas en las que, si se pone atención, los defectos manifiestos por parte de uno de los miembros, expresan algo reprimido en el otro miembro. Tengo un ejemplo ilustrativo: ella es una mujer discreta y políticamente correcta, emparejada con un hombre exhibicionista y hasta majadero. En público, se le pueden ver gestos de desaprobación a la alharaca de su marido, pero apenas por cumplir con lo que le toca hacer; enseguida su lenguaje corporal hace ver cuánto le gusta su macho, no a pesar de la majadería exhibicionista, sino por causa ella. Tiempo después, algún comentario me ha hecho concluir que se realiza en el comportamiento de él, que no se permite a sí misma.
En cualquier caso, no tiene mucho sentido pobretear al Fulanito que "carga" con la bruja Perengana, ni a la Fulanita que "lleva a cuestas" al Perengano sacado de las cavernas. Tanto la bruja como el hombre de las cavernas, y cualquier otro ejemplar de ser humano, fueron elegidos. En otros tiempos sería diferente, pero ahora, al menos entre las parejas que conozco, seguro fueron libremente elegidos. Claro que a veces la elección se hizo medio a ciegas... también hay veces en que las personas sacan el cobre poco a poco...
Silvia Parque
Yo a veces también me fijo en parejas que no se pegan ni con cola. Sin embargo otras parecen estar hechos un miembro para el otro, no tanto por parecidos sino por complementarios.
ResponderEliminarBesos.
¡Hay cada caso! Las que parece que, como dices, "no se pegan" son de lo más interesantes. Me gusta pensar en sus motivos para elegirse y para permanecer juntos.
Eliminar¡Besos, Macondo!
La elección de pareja es un misterio. Un beso.
ResponderEliminar¡Sí! Pero aunque el fondo sea un misterio, lo mucho que puede ser conocido y descubierto, qué interesante resulta :D
EliminarUn beso, Susana.