miércoles, 8 de junio de 2016

Casi una bruja malvada

Ayer pasó algo muy importante de la peor manera posible, y me sentí mierda.

El día se complicó, se me hizo tarde para darle de cenar a B, y me sentía agobiada por diferentes cuestiones del mundo adulto, ajenas a ella. Cuando finalmente la tenía en su silla con comida en su charola, tomé la mala decisión de responder unos mensajes, lo que ocasionó una insistente búsqueda de atención de su parte, como podía preverse, dado que había esperado por esa atención durante horas. Así que empezó a tirar comida fuera de la charola, y yo dije "no-no-no-no-no" de la manera más neurótica imaginable. No grité, pero ni falta hizo para que sonara de lo más desagradable. Entonces ella repitió, con su voz dulce: "no".

Decir "no" es muy importante. Es un hito en la definición de la identidad. En ese momento, B solo estaba repitiendo la palabra, no estaba usándola en realidad para significar "no", pero la dijo, y me dio mucha pena que fuera de ese modo.

Me disculpé con ella. Me disculpé a mí misma. Y hoy me hizo bien que me recordaran que así va a ser: que a pesar de todo el esfuerzo que ponga por tratarle gentilmente, el trabajo de mamá es de tal manera, que a veces me saldrán del alma expresiones de neurótica desagradable, y ni modo.

Silvia Parque

8 comentarios:

  1. Y ella hará lo mismo porque es natural. Un beso.

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  2. a tener cuidado ya que de pequeños son unas esponjitas, adsorben todo lo del entorno...
    saludos!

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  3. Casi me has asustado con el primer párrafo. Creo que eres un poco exagerada. Porque pierdas solo un poco los nervios en un momento puntual, sigues siendo una buena madre.
    Besos.

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    1. Macondo, estoy pensando en transcribir tus comentarios y ponerlos en el refrigerador. Me haces bien :)
      ¡Besos!

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  4. A todas nos pasa en algún momento. Yo con tres a veces estoy regañando a los mayores cansada y sobrepasada, y luego me doy cuenta que la bebé observa. Da miedo pensar que aprenda reacciones feas de vernos. Así de imperfectos somos, hay que intentar evitar errores pero es imposible no cometerlos nunca.
    Un beso

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    1. Me alienta que lo digas. Da miedo esa conciencia de que todo es nuevo para ellas, y saber que lo que están conociendo se imprime como una huella que hará de eje organizador para lo demás, sobre todo afectivamente. Pero pues sí, así de imperfectos somos.
      Un beso, Matt.

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