He visto películas maravillosas en el último par de años. Hoy vi Léolo. No sé si antes había visto una película canadiense. Esta es inolvidable; dura y bella.
Aunque son muy diferentes, la sensación que me dejó es parecida a la que me produjo la Un mundo perfecto, de Clint Eastwood.
Estaba olvidando las profundas ganas que tuve de crecer cuando era niña, y lo bueno que es ser mayor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario