Más allá del cansancio normal, consecuencia de la actividad, está el cansancio-fastidio que se desprende de la frustración continua. Cuando ese cansancio te hace darte un tope en la frente, te rindes, y dejas lo que te cansa.
Me llama la atención que la tristeza y el enojo, tan vistosas, no tienen ese poder.
Silvia Parque
el cansancio de la rutina, de la injusticia, de la desigualdad y el abuso de algunos, termina agotando más que el cansancio físico...
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo.
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