martes, 28 de julio de 2015

Nuestros cuerpos

A B le gusta mi cuerpo más de lo que le gusta mi leche, más de lo que le gustan el aire y el sol. Me ufano y aprovecho. La ropita que va dejando me recuerda que durará poco; las fechas que se van acumulando, de cuándo pesó tanto, y cuándo peso tanto otro, me extienden el impacto de lo rápido que pasa el tiempo.

Escribo sentada, con su cuerpo en el hueco que se forma entre mis piernas cruzadas, con su cabeza en mi muslo derecho; la cuna y el portabebé son más cómodos, pero no son mamá.

Silvia Parque

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