Hace unos meses estuve en casa de una mujer con cuatro hijos. Mientras estábamos ocupadas, ocurrió que uno de sus adolescentes anunció que no haría algo que debía hacer. Su mamá tuvo que encargarse del asunto, mientras trataba de seguir en lo que ella y yo estábamos. La vi pasar de una petición amable, a una instrucción directa, un par de explicaciones, y finalmente, a exponer qué tendría que hacer el chico antes de abandonar la tarea que estaba evadiendo. Juzgando rápido podría parecer que simplemente, el jovencito se salió con la suya. Pero no es simple. No es fácil lidiar con un adolescente, y debió ser complicado atender la situación y atenderme a mí al mismo tiempo. Como yo lo veo: ella se mantuvo firme, y perdió el encuentro. No hubo un visto bueno para lo que iba a ser permitido, y por el tono de la interacción, puede suponerse que en otro momento habría una conversación al respecto. Para mí, lo que importa es que se mantuvo firme.
No podemos más de lo que podemos; se trata de no abandonar el puesto.
Silvia Parque
Creo que la educación de los hijos es una de las cosas más complicadas que hay. Para cuántas cosas te exigen un carné y eso lo puede hacer cualquiera sin pasar por un examen. Para empezar en muy complicado ser coherente. Tendrías que estar todos los días con el mismo estado de ánimo o conseguir que éste no te afectara en tu comportamiento. Tiene que ser desconcertante que ante un mismo hecho reacciones de distinta forma según cómo te encuentres. Que lo que hoy se lo rías mañana se lo recrimines. Que lo que le has estado pasando por alto durante un tiempo, de repente te des cuenta de que tienes que ponerte duro y no consentírselo.
ResponderEliminarBesos.
También creo que educar hijos es de lo más complicado en el mundo. Se requiere coherencia, así: nivel "requerimiento", y ninguno podemos ser 100% coherentes todo el tiempo; pero creo que los hijos "salen" bastante bien con papás imperfectos, mientras éstos no dejen de "hacer de papás", como vayan pudiendo, poniendo el amor por delante :)
Eliminar¡Besos!