Tres semanas antes, me llamó la atención otra frase, de otra niñita; una más pequeña, de las que ya caminan bien y se entiende lo que hablan, pero que todavía tienen mucho de bebé. Se encontró en medio de unos cinco adultos, y sin levantar la cabeza ni dirigirse a alguien en particular, preguntó: "¿dónde está mi mamá?" El tono podría haber sido el de un médico que llega a hacer visita a un enfermo, y pregunta: "¿dónde está el suero que se indicó?" Nada dramático, pero dejando bien claro que es una pregunta con requerimiento de respuesta. La otra mujer que estaba cerca, le dijo: "vamos a ver si está arriba", y la llevó a buscar... No sé si los hombres sintieron la necesidad expresada en la pregunta; pero sé que la otra mujer y yo, sentimos la necesidad de responder a esa necesidad. El caso es que la niña soltó la pregunta sin buscar ningún rostro, sin tocar ninguna pierna; pero tampoco "al aire".
Ambas sabían que serían escuchadas. Incluso considerando la aprensión de la más pequeñita, creo que ambas podían confiar en el mundo. Es bueno verlo.
Silvia Parque
Los niños saben hacerse entender. Un beso.
ResponderEliminarSí... a veces es que están en medio de puro cabeza dura, y quedan sin ser entendidos; pero ellos saben.
EliminarUn beso, Susana.
Todos los niños deberían confiar en que alguien les escucha. Es muy triste que no sea así.
ResponderEliminarEso exactamente creo.
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