El huevo cocido ha sido tan frecuente en mi menú de embarazo, que supongo que la niña reconocerá su sabor cuando lo pruebe. A mí nunca se me antoja; no podría decir que no me gusta, pero tampoco es exactamente de mi gusto; la gran cosa es que me saca de apuros: puedo dejar huevos cociéndose casi sin supervisión y quitar la cáscara es rápido; hasta se comen rápido: no es que prefiera comer rápido, pero a veces es útil. Con unas gotitas de aceite de oliva y rebanadas de pan, puede presentarse bonito.
Silvia Parque
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