Todos preferimos no pagar multas ni recargos, pero cuando pagar a tiempo una cuenta implica hacer cenas frugales durante un mes, es muy tentador postergar el pago. Hacer de eso un hábito, te mete en problemas; pero tener disciplina con algunas economías, puede hacer necesario severidades que duelen, y a casi nadie nos gusta que algo nos duela, aunque sepamos que el dolor prevendrá un daño.
Para salir de la economía de la inmediatez se requiere aguantar la respiración y hacer lo prudente, en lugar de ir saltando al compás de lo que el día a día marca como urgencia.
Silvia Parque
Es una buena reflexión. Yo ahora con mi casa nueva no hago más que pensar en lo que es realmente necesario y lo que no. Un beso.
ResponderEliminarLo pienso y lo escribo para "oírmelo" y dar ese salto :) A mí me resulta muy complicado "reacomodar" el gasto cotidiano para hacer los gastos grandes: mandar a servicio la laptop, pagar los impuestos, cosas de esas :S
EliminarUn beso, Susana.