El corazón sano es alegre.
Pero según por donde hayan andado, los corazones terminan con el esmalte desgastado, o con abolladuras o raspaduras; incluso retorcidos e irreconocibles. Se merma su salud y así no pueden estar alegres.
Agradecer devuelve la alegría al corazón, pero entramos en paradoja...
Lo que más agradezco a Dios, es haber restaurado mi corazón. Creo que fue su primer paso en la recuperación de mi alma, y agradezco infinitamente ese orden, porque es muy triste vivir con el corazón lastimado: no se puede amar plenamente.
Silvia Parque
Un corazón herido no puede amar. Un beso.
ResponderEliminarCreo que el corazón con herida regular, ama cuchamente. Y es que el corazón, ama, para eso está hecho. La herida tiene que ser muy profunda para que no pueda amar...
EliminarUn beso, Susana.