Como creyente, vivo un punto de prueba al "poner en las manos de Dios", cuando llega el momento de sacar mis manos de la masa. Pero es que hay verdad en la famosa "Oración de la serenidad": hay cosas que no está en nuestras manos cambiar. Habría que agregar que además de sabiduría para reconocer cuando es así, hace falta humildad para aceptar que así es.
Silvia Parque
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