martes, 19 de agosto de 2014

Restos y marcas

El té blanco deja una capa café sobre el agua y sobre el vidrio, como una hoja seca o como el ala de un insecto.

El agua intenta quitar la pintura de la pared, por aquí y por allá; en pocos lugares lo consigue, pero donde lo intenta, deja una marca.

Mi cuerpo tiene treinta y tres años, y pasó los últimos tres, haciéndose de marcas: lunares, manchitas, lo que me niego a llamar estrías.

Silvia Parque

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