sábado, 23 de agosto de 2014

La matanza

Una computadora de mi casa fue vendida al camión del "fierro viejo". Como esos niños amenazados con el ropavejero, pero sin amenaza y con cumplimiento. Había otras salidas dignas, pero esta vía daba unos pesos, y al fin, la máquina que no sirve está muerta. Pero el monitor, el teclado y el ratón, servían. Tan de otro tiempo, los pobres, que no podían conectarse a un CPU de los actuales.

Había pensado en hacer una maceta, del monitor. Pero esto se hizo, me pareció un buen trato, y me complació encontrar desocupado el espacio que ocupaba la computadora en el piso del estudio.

Entonces salí, y escuché. No quise asomarme, pero vi al hombre inclinado golpear el monitor, tan duro, tan fuerte. Escuché el vidrio quebrarse. Vi los restos de cosas apiñados en el camión.

Silvia Parque

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