La idea original es que damos importancia a personas cuya presencia no querríamos en nuestra vida o al menos, cuyo comportamiento tiene un efecto que no querríamos en nuestra vida; pero al darles importancia, las mantenemos presentes; a veces, esa importancia es lo único que las hace presentes. Y esa misma importancia atribuida, las hace crecer, a veces en su ego, a veces en los poderes que adquieren en nuestra imaginación. ¡Y vaya si podemos tener imaginación, cuando se trata de eso! De ahí que tenemos dragones y dragones... con lo cual pienso: podíamos sacar una serie completa a partir de una tipología: "Cómo convertir en mosca, al dragón con alitas de mariposa", "Cómo convertir en mosca, al dragón que vuela en círculos"...
Silvia Parque
Es cierto. La gente tiene el poder que nosotros les damos. Un beso.
ResponderEliminarY a veces somos bien espléndidas.
EliminarUn beso, Susana.