viernes, 15 de agosto de 2014

Bajar la cabeza con dignidad

"Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza [...]" Hebreos 12:11

"Que el justo me hiera con bondad y me reprenda; es aceite sobre la cabeza; no lo rechace mi cabeza [...]" Salmos 141:5

No me gusta que me señalen lo que está mal en mí. Supongo que a nadie le gusta como que lo "disfrute"; sería medio perverso... Tengo dos buenos escudos para lidiar con eso; de los mejores frutos de mi adolescencia:

1) Fui muy bien entrenada para recibir y aprovechar críticas sobre mi trabajo; lo extrapolo a otras áreas del "hacer", y con eso ya no hay problema.

2) Descarté a la mayor parte de la gente, como autoridad sobre mí: lo que cualquiera diga sobre mi persona, lo considero una opinión que puedo tomar, dejar, e incluso no percibir -es posible-. Así no hay calado, y tampoco hay problema.

Pero a unas cuantas personas, les confiero autoridad para decir: "fuera de lugar", "tache", "excesivo", "insuficiente". Casi siempre tienen algo de razón. Cuando su visión me sorprende y enoja, tienen la razón completa.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Hummm....yo tengo poca tolerancia a la crítica, sobre todo porque yo misma me critico tanto que creo que si de algo negativo sobre mi misma no soy consciente, se me puede perdonar, joder. A la crítica sobre lo que soy, sobre lo que hago es otro tema, las acepto mejor. No obstante hay alguna persona a la que las pocas veces que me reprende o me critica le presto toda mi atención, concretamente mi hermana y mi cuñado. Como tú dices, su visión a veces me ha sorprendido y he tenido que pararme a reflexionar sobre ello y terminar dándoles la razón, y no sabes lo que me ayuda eso a crecer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que también puedo "alegar eso en mi defensa": me critico suficiente a mí misma, a veces demasiado, así que lo que no veo o en lo que no "puedo" mejorar, ¡pues vaya! Pero a unas cuantas, muy contadas, personas especiales, las escucho. Casi siempre me dicen cosas que ya sé, o tal vez, de lo que me dicen, escucho cosas que ya sé; pero a veces me sorprenden, y también a mí es lo que más me ayuda a crecer.

      Eliminar