miércoles, 7 de mayo de 2014

Entrada hilito rojo

Tengo un vecino por partida doble. Es mi vecino en la universidad: su Área está a unos metros de nuestro Departamento, y es mi vecino en donde vivimos; no sé si estamos a unas pocas o a muchas cuadras de distancia, pero compartimos colonia. Es de lo más agradable, y tiene una educación de las que ponen orgullosas a las mamás; a menudo, nos lleva un detallito dulce a cada una de las vecinas de labores. Alguna vez, nos pedimos un favor. Hace unas semanas me preguntó si conocía una información y le dije que sí, y que tenía un libro que podría serle útil; me pidió los datos del libro, y olvidé pasárselos un día y otro día. Al final, creí que ya no le serían útiles los datos y turné el asunto a la carpeta de "no hecho - abandonado", pero cuando hubo ocasión me disculpé, y dijo que seguían siéndole útiles los datos. Me dio mucho gusto y le ofrecí el libro, que estará mejor con él. Y lo olvidé y lo olvidé...

Espero que esta entrada haga las veces de un hilito rojo amarrado a mi dedo. Es increíble no hacer un pequeño favor que no te significa esfuerzo, a una persona amable que de verdad te simpatiza. No es la primera vez que me pasa; no pasará esta vez.

Silva Parque

2 comentarios:

  1. Hay que cuidar a los vecinos amables. no abundan. Un beso.

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    1. ¡Sí! Pero, ¿qué crees? He ido a alistar el libro y ya no lo tengo. ¡Solo yo!
      Un beso, Susana.

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