martes, 28 de enero de 2014

Es culpa de todos los demás :)

Estaba deseando un té negro cuando me di cuenta de que tenía una media hora deseándolo, y pensé que no sería yo tan no-dada-al-hacer, si no fuera porque toda mi vida hicieron por mí. No se tome esto en serio. Como persona adulta cuerda, asumo la completa responsabilidad de lo que no hago, y no tengo sino agradecimiento por lo malacostumbrada que me dejaron, la mujer que me crió, y el hombre que me quiso. ¡Pero vaya si he sido malacostumbrada! Ahora mismo, escribiéndolo, pienso que si ser atendida se ha grabado en la naturaleza de mi ser, tal vez deba procurarme las condiciones para seguir siendo atendida. Algo así como que debe estar entre mis prioridades, pagar a un asistente: alguien que me libere de lo que pueda ser liberada.... porque hay dos tipos diferentes de "cosas que hacer" que pospongo: las tareas de los proyectos creativos y de lo que, en general, me hace sentir realizada, y por otra parte, las tareas domésticas, de cuidado personal y de tipo administrativo (como ordenar las facturas para pagar impuestos). Aunque soy bastante equitativa posponiendo de un lado y del otro, creo que si el segundo tipo de tareas no me representara "todo un evento", sería más probable que me dedicara al primer tipo de tareas. Si tender la cama, recoger la ropa y lavar los trastes me toma media mañana, es negocio pagar a otro para que lo haga.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Yo también soy de posponerlo todo hasta que no queda más remedio. Si necesitas ayuda, tómala. Sólo se vive una vez. Un beso.

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