viernes, 31 de enero de 2014

Cómo me gustan los hombres y cómo me gustan las mujeres

Me gustan los hombres. Me siento atraída por las personas "hombres" aunque no me guste especialmente el hombre tal en particular; es decir: me gusta un hombre -a menos que me disguste- aunque no haya nada en él que me enamore. Me gustan, como algo que "activa" mi coquetería, pero sobre todo, como algo que "activa" mis ganas de preparar y servir un cafecito. Es como si me sedujera su "ser hombre".

Pero las personas que más me gustan en el mundo, son mujeres. Con excepción del hombre que amo, todas las personas a las que he admirado, han sido mujeres. Hace años no siento "admiración" como la de la adolescencia, no veo a las personas con relumbrón, no soy "fan" de nadie. Pero hay mujeres -y no hay hombres- que me gustan muchísimo en plan: "eres fabulosa, tu talento es increíble, me encanta tu forma de ser/aspecto/trabajo". En un mundo donde casi la mitad de las personas son hombres, quedándome clarísimo que hay -necesariamente- hombres extraordinarios, yo donde veo lo extraordinario, es en mujeres... no en "las mujeres", sino en mujeres: unas cuantas. Al contrario que con mi gusto fácil por los hombres, esta seducción que me produce la fuerza de la presencia de algunas mujeres, pasa con muy pocas -contaditas-. No es una cuestión ideológica; no es que yo crea que "las mujeres" son mejores que los hombres, es que me pasa que las personas que me encantan, son mujeres.

Silvia Parque

6 comentarios:

  1. Creo que es importante valorar a las personas independientemente de su sexo. Un beso.

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  2. Es interesante lo que planteás. Digamos que opino y me pasa exactamente lo mismo, invirtiendo los sexos.
    Me atraen las mujeres, desde la seducción y empatizo mayoritariamente con hombres desde la admiración por sus logros, como en jugadores de fútbol y actores, por ejemplo.
    Saludos!

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    1. ¡Ah! Yo no había pensado en celebridades: ¡veo que también con estas personas me pasa así! Empatizo mayoritariamente con mujeres desde la admiración por sus logros: me gusta tu frase. Por ejemplo: cuando pienso en buenos directores de cine, pienso en hombres, porque hay muchos más hombres dirigiendo cine que mujeres -solamente recuerdo a Sofía Coppola-, pero ellos, aunque yo piense que hacen un trabajo genial, no me producen esa cosquillita que emociona al corazón respecto "a ellos", me la puede producir concreta y específicamente su trabajo; en cambio, puedo pensar en actores y actrices que sean la gran cosa, y a lo mejor objetivamente concluyo que tal actor es tan bueno o mejor que tal actriz, pero es la actriz quien me hace sentir esa pequeña pero vibrante emoción de lo que has llamado empatía desde la admiración, y que genera cierta forma de atracción.
      ¡Saludos!

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  3. Me pasa como a ti, exactamente.
    Creo que podría deberse a que a una mujer puedas llegar a conocerla en más profundidad: hablamos más, escribimos más, tenemos más necesidad de comunicar la complejidad interior.
    Un beso

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    1. ¡Sí! A la mujer supongo que la veo más como persona, porque nos supongo similares en algo.
      ¡Vaya! De pronto me pregunto si estaré viendo en primera instancia, a los hombres como objetos :)
      ¡Un beso, Matt!

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