No soy de muñecos -o no de
esos-: llegó por mi cumpleaños, dije "gracias" y pensé en sacarlo de su prisión de papel celofán, pero lo dejé preso en donde no estorbaba, hasta que un día quise verlo, y lo acomodé.
Ya se sabe que los elefantes blancos son esas cosas muy apreciables que no sirven y además merman. ¿Pero qué es un elefante rosa, además de alucinación en película de Disney?
Silvia Parque
Comprato el gusto -o mejor, el no-gusto- por esos muñecos.
ResponderEliminarTu post me ha recordado que de pequeña tenía un peluche de Dumbo... y era rosado!
Me pregunto qué será de la vida del pobre...
Un abrazo :)
No quisiera ser aguafiestas, pero primero habría que preguntarse si sigue vivo ;)
EliminarUn abrazo, Taty.
una cursilada
ResponderEliminarSí :)
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