jueves, 7 de noviembre de 2013

En esto de vivir

Últimamente tengo más en cuenta que en lo profundo del corazón somos los que éramos con la ingenuidad de los doce años y con la ternura del jardín de niños.

En las ilusiones y los miedos se expresa claramente lo que tenemos de creaturas inacabadas. Suelo pensar que las personas duras que se ven por ahí son o fueron el niñito o la niñita de una mamá y ya sea que hayan sido adorados o apenas medio vistos, pensarlos así me hace tenerles buena voluntad; más si llegara a saber que no hubo una mamá... así que parece que la clave es pensarlos como niñitos necesitados de una mamá.

Sin embargo, aunque entiendo que el sufrimiento es el sufrimiento, de quien sea, me conmueve más que sufra una persona que tiene pocos años de andar en esto de vivir. Me siento inclinada a "favorecer afectivamente" a los que están siendo niños.

Silvia Parque

5 comentarios:

  1. Basta que ocurra algo lo suficientemente gordo para que destruya tus defensas y barreras, para volver a ser la niña de 12 años, con los mismos miedos y limitaciones, como si nunca hubiéramos avanzado ni aprendido nada.
    Lo que he aprendido sobre mí, porque lo he comprobado, nunca se me ha ocurrido aplicarlo en los demás, jamás se me ha pasado por la cabeza ver a alguien adulto como un niñito necesitado de mamá.
    Besitos

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    1. Eso, la misma niña de doce años; al menos trato de no ser "exactamente" la mismita; un poco de más seguridad, un poco de más comprensión sobre lo que esté pasando.
      A lo mejor la formación me ayuda a verle a los otros, no "lo que tengan de historia", pero sí que "traen historia".
      ¡Besitos!

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  2. El sufrimiento de los niños es muy solitario porque no saben ponerlo en palabras. Un beso.

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    1. Sí, Susana. Por eso creo que les hace falta más cariño que a los adultos, para que el cariño les rellene donde faltan las palabras.
      Un beso.

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    2. Bueno... finalmente... tantas veces nos quedamos también sin las palabras necesarias...

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