miércoles, 30 de octubre de 2013

Estar bien o estar mal

Decía que la vida no es obligatoria. Que tampoco es obligatoria la felicidad. No "tenemos que" estar bien. Hay quienes dicen que se lo debemos a Dios, pero si me figuro un Dios al que sea posible deberle algo, completo la figuración con la seguridad de que nos perdona la deuda.

Está en nuestra naturaleza orgánica conservar la vida, y creo que normalmente está en nuestra configuración psíquica querer vivir, en nuestros corazones el anhelo de felicidad, y en todo nuestro ser la capacidad de disfrutar el bienestar. Pero habemos unas personas menos normales que otros; también a veces por entero o en algún aspecto, enfermamos, nos trabamos, nos embotamos, y no solamente no estamos bien, sino que no podemos o no nos sentimos capaces de estar bien, o para mayor sorpresa de la gente cuerda: no queremos estar bien. Podemos querer estar bien, o no querer. Hay un exceso de juicios duros contra quienes no quieren. Porque probablemente todos "quisiéramos" estar bien, digamos, del modo en que nos gustaría (con tal deseo cumplido, con determinados recursos que ahora no existen...); pero no es tan extraño que no queramos estar bien sin eso.

Creo que tal vez no hay ejercicio del libre albedrío en esto de estar mal o estar bien, si la persona no se ha visto en la disyuntiva, y elige considerando de verdad las dos opciones. Tampoco es que todos tengan que ejercer su libre albedrío en este asunto; debe ser bonito ir por la vida siempre por el camino de lo positivo, sin más. Yo prefiero explorar y elegir. Nada más hay que tener cuidado con la exploración; si se le pone reserva al "estar bien", con mayor razón al "estar mal".

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Uffff! Yo creo que en algun momento todos hemos pasado por eso de "no querer estar bien", creo que forma parte también de la naturaleza humana ese punto autodestructivo y masoquista que se da siempre partiendo del hecho de que estamos mal, y durante un tiempo en lugar de querer salir de ahí nos revolcamos en el dolor y la autocompasión, es un proceso yo creo que hasta normal, lo importante es que sea una fase y como tal se supere, el peligro está en quedarse en ella, ahí ya es cuando deja de ser normal, y utilizo la palabra normal con reservas pero no tengo ganas de ponerme a buscar otras, así ya nos entendemos.
    Porqué sucede ésto daría para largas reflexiones, a veces nos da más miedo dejar de sentir que sufrir, sufrir de alguna manera nos recuerda que lo hacemos porque en otro tiempo fuimos felices, nos deja atados al objeto de esa felicidad, del que cuesta alejarse aunque la felicidad ya no exista, pero el apego a nuestro pasado es fuerte, y el cambio asusta. Estar bien implica tomar determinaciones, actuar, y primero hay que estar preparado para ello. Estar mal es simplemente seguir arrastrándose por inercia, sin voluntad ni ganas para nada más. No sé, supongo que no me estoy explicando bien. Yo cuando he estado mal ya me conozco, necesito hundirme a mi misma del todo, caer más todavía, tocar fondo, y todo lo que hago es para llegar a esa situación, sólo cuando ya no puedo caer más y me canso de tanta pena es cuando con fuerza empiezo a impulsarme hacia arriba, digamos que creo que si me quedara en esa especie de limbo, ni aquí ni allí, me duraría más, al hundirme salgo antes.
    Besos, no se me puede dar cuerda jaja

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    1. Te explicas estupendamente. Ya sabemos que en esto nos entendemos. Si dejamos de sufrir, dejamos ir lo malo pero junto con ello lo bueno que sigue presente en nosotros. Aquí yo seré la que no se explica bien, pero te diré que buscando alterantivas a este impasse, decido dejarle la tarea de conservar lo bueno que no quiero dejar ir, a Dios; que él "lo cache" y lo acomode. Él puede todo.

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  2. Es cierto. A veces uno no quiere estar bien porque las circunstancias no ayudan y la gente no comprende y te dicen eso de "anímate" que tanto molesta cuando no tienes motivos. Un beso.

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    1. Yo creo que cuando una no quiere estar bien no es por las circunstancias sino por lo último que dices, porque una no tiene motivos, porque en las mismas circunstancias puede ser que otra persona si quiera estar bien (aunque no pueda).
      ¡Algunas palabras de ánimo están tan fuera de lugar! A mí no me molestan, sé que se dicen con la mejor intención. Pero pues... algunas cosas nomás no sirven para animar, y a veces al contrario.
      Un beso, Susana.

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