martes, 16 de julio de 2013

Tiempos de ansiedad

En tiempos de ansiedad, las manos buscan ocuparse y suele no ser en algo de provecho. Yo agujeraba mi cabeza.

Hay un lugar señalado, donde aparecía un bordito -solamente perceptible para dedos que anduvieran buscando-. Pasaba por ahí la yema del dedo índice o del dedo medio; luego rascaba; si algo interfería con el deslizamiento de la uña: lo quitaba. A veces, desprender requería esfuerzo y alguna gota de sangre. Examinaba el minúsculo pedazo de mí, lo colocaba sobre un labio para sentirlo -los labios tienen mayor sensibilidad-. Y seguía. Cuando empezaba a doler, quería detenerme, pero la operación se repetía durante grandes ratos a lo largo de días. La pobre costrita protectora siempre venía acompañada por las ganas de desprenderla. Ardía a la hora de lavar la cabeza. Empezó a notarse la falta de cabellitos en el lugar de excavación.

Los malos hábitos que lastiman no son efecto de mera desidia.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Vaya. Me alegro de que hayas superado esa adicción. Un beso.

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    1. Gracias a Dios. Su rastro es el hábito de pasarme la mano por el cabello, ahora dejo eso también.
      Un beso, Susana.

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  2. Ufff! Eres la primera persona que conozco con una manía de ese tipo, y aunque quede feo decirlo, me alegra saberlo, me siento un poco menos rara.
    Mi ansiedad me llevaba - y me lleva, pero cada vez menos, quizas porque no estoy en una etapa demasiado ansiosa - a hacer pinza con dos dedos en un punto de mi garganta y pellizcar y clavarme las uñas, hasta el punto de que tengo una pequeña cicatriz, como un callo, que ya no se me quita.
    No me daba ni cuenta, y cuando estoy nerviosa ahí que van mis dedos, aunque ahora procuro sólo acariciar sin presionar.
    Besos

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    1. :D sí: mal de muchos, consuelo efectivo; aunque sean manías diferentes, consuela saber que una no es la única rara. Cuando llegas al punto en que queda una marca, como dices de esa pequeña cicatriz, o como cuando a mí ya se me veía un circulito sin cabello, es increíble pensar que eso se fue formando tan de vez en vez, que ya lleva una tanto tiempo haciéndose eso a una misma. Qué bueno que hayas pasado al nivel de solamente acariciar; yo igual estoy en esas: me paso la mano por el cabello, me acaricio el cuero cabelludo, pero nada más. Confío en que también esa maña se vaya yendo, pero mientras esté, es porque cumple una función.
      Besos, Inma, compañera de rareza ;)

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