Silvia Parque
lunes, 18 de marzo de 2013
Listos o no, más bien sin estar listos
No son válidos los contratos que firman los niños o las personas que padecen de sus facultades mentales, ni los contratos en los que se renuncia a derechos irrenunciables. Pero como la vida no se legisla, una se carga una identidad como a los cinco años, asume una vocación antes de los veinte y se mete en la vida en pareja intoxicada de enamoramiento. Y con los otros y con nosotros mismos, generamos compromisos que no convienen ni son viables, pero que usamos para sostener nuestras fantasías de libertad, felicidad y madurez.
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Es cierto. En la vida a veces te comprometes cuando todavía no estás preparado. Un beso.
ResponderEliminarSupongo que hay que revisar de tanto en tanto los compromisos, renovar votos para que sean frescos y sanos.
EliminarUn beso, Susana.