Dos horas y media más de la cuenta en el trabajo, la mesa sucia, actividades con
entregables para mañana, ganas de echarme en el sillón del hombre de la casa. Llega una persona, llega otra... ya es más tarde y no tengo la ropa más adecuada; voy al baño. Me voy.
Romper con la inercia y ponerle un poquito de esfuerzo al día, en ese punto
a-punto de hacer lo que una quiere, hace que los días tengan colores.
Silvia Parque
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