A cualquier hora; de los baratos o los caros; con pan o solos. Pueden ir del refri a la boca, a lo salvaje; pueden servirse en rebanadas o en cuadritos; pueden calentare o cocinarse, y con un toquecito de cualquier cosa -como orégano, por ejemplo-, se convierten en
la gran cosa. Y van tan bien juntos...
Silvia Parque
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