Silvia Parque
sábado, 15 de diciembre de 2012
No será en vano
Ha muerto el recipiente para llevar el almuerzo. Ha muerto por obra de la indiferencia y de la apatía de quienes debieron conservarlo con vida y sin restos de pollo frito. Ha muerto lentamente, denigrándose mientras le invadían cuerpos de vidas extrañas que le negaban la oportunidad de llevar un siguiente almuerzo. No estuvimos a su altura, pero juro que ningún otro recipiente, nunca más, recibirá un trato similar en la casa donde yo viva.
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