Al invierno navideño le hacen falta ponches. Este año, la temporada no inició con el tradicional de fruta surtida, sino con una novedad de guayaba.
Gracias a un chorrito de tinto avinagrado, cuartos de guayabas y tejocotes hicieron su fiestita en la pequeña olla de aluminio. Ya servido en la taza, trocitos de nueces ponen el toque de lujo.
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