Un hombre de sobradas cualidades ofreció remediar la situación, pero nunca logró atravesar los cuatrocientos treinta pendientes que separaban su firme voluntad de la máquina detenida. Todos los humanos olvidaron el líquido guardado.
Pero la vida se abre paso. Y la lavadora dio a luz una plaga de mosquitos.
Silvia Parque
Mira, se los puedes dar de comer a las tortugas. Un beso.
ResponderEliminar:D Eso fue lo primero que pensé, ¡pero tuvimos que ocuparnos de que no nos comieran a nosotros!
Eliminar¡Un beso!