Pasa en toda clase de cosas. Ahora escribo en una máquina ajena porque falleció el teclado de mi laptop. Había tirado una botella de agua sobre el escritorio, con la suerte de no mojar nada, y al día siguiente, tiré una botella de té helado sobre mi maquinita.
Pasa también con las cosas verdaderamente importantes, con los afectos, con las relaciones, con el trato que nos damos a nosotros mismos. Eso que reiteradamente causa problema, que reiteradamente sale mal, es un mensaje que nos resistimos a escuchar; la vida puede empezar indicando con sutileza, pero si no aprendemos, subirá el tono hasta que consiga impactarnos de tal modo, que aprendamos.
Silvia Parque
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