Saco a pasear a las tortugas de una por una, para poderlas cuidar. Me descuidé un momento, tal vez cuatro segundos, y la tortuga que paseaba, desapareció de mi vista. Cerré las puertas al patio. Tardé diez minutos en pensar como tortuga, y encontrarla.
Hace falta que nos entrenemos más en "flexibilidad mental". Funciona también para tratar con las personas.
Silvia Parque
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