lunes, 16 de julio de 2012

Como el vino, pero sin sofisticación

Acabo de darme cuenta de que me gustan los chocolates viejos. Se hacen "polvosos", se resecan; la sensación debe anclarse con mi recuerdo de robar lajitas de un tesoro de chocolate que una tía mía guardaba en el librero de su escritorio, como recuerdo-adorno.

También me gustan los hot dogs rancios que venden en los oxxos de mi pueblo. No pasa con los hot dogs de los oxxos de por acá. Hago memoria a ver qué otra cosa prefiero "pasada"...

Silvia Parque

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