Silvia Parque
martes, 3 de abril de 2012
Un lujo blanco
Tomo un enorme vaso de leche. Casi directamente de la vaca a mi vaso. Sabe muy diferente a las leches con marca y a los productos lácteos que se ofrecen como leche económica. [En la lechería, hay un gran cartel con una vaca advirtiendo que el "producto lácteo" no es leche.] Sabe a todo un alimento, sabe a su color mate y a lo orgánico: ni dulce, ni salado... como a "orgánico". Bebo el líquido caliente, en traguitos pequeños, y me satisface como una comida completa (eso último tiene que ver con que es medio litro de leche, menos lo que se evaporó al hervir). Es un lujo.
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