Los años deforman el rostro con nuestros males, deudas y faltas. A algunos les pasa muy pronto, a otros hasta que son viejos. Lo primero es perder la simetría de los ojos; aunque no nacemos de un simétrico perfecto, en general nuestros ojos se ven iguales -uno al otro-, hasta que pasa
algo.
Silvia Parque
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