Una vez concluida una tesis académica, normalmente hay que acudir con la persona que dirige el trabajo; luego, hay que hacer cambios: algunos pequeños, algunos grandes, algunos sencillos, otros dificultosos. Esto trae el segundo proceso de "hacer la tesis", que es corregir: una palabra vaga para aludir a un conjunto de acciones que no necesariamente son
corregir, pero que pueden comunicarse de esa manera a los amigos y parientes que preguntan "cómo va
lo de la tesis".
Hay pues, que sentarse a corregir, y esto -como todo lo que tiene que ver con la tesis- podría eventualmente ser postergado hasta el más allá, excepto porque la presencia de la persona a quien se rinden cuentas, marca lo que todo pasante requiere para dejar de serlo: "fechas de entrega".
Silvia Parque
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