viernes, 9 de septiembre de 2011

Estar bien

Dice mi abuela que qué chiste tiene portarse bien con los que una quiere, que el chiste está en portarse bien con los extraños -se entiende que es mejor portarse bien con los que a una le caen mal, pero mi abuela no tenía tan alta aspiración-. Con la misma lógica, no habría gracia en estar bien, yendo todo bien (yo soy capaz de estar mal cuando todo va bien).

Lo bueno sería estar bien cuando va mal lo importante.

Estar bien no implica el contento, ni la felicidad, sino una relativa estabilidad, eventualmente confortable, que permite el trabajo creativo, el cuidado de una misma y la distracción. Es compatible con el enojo, la tristeza y el dolor; les da un espacio en el cuerpo, pero les marca límites; los deja hacer lo que tienen que hacer, pero mantiene la perspectiva: nada es tan, pero tan importante como para, por ejemplo, dejar de vivir por ello.

Silvia Parque

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