sábado, 12 de septiembre de 2015

Ni a quién echarle la culpa

Perdí mi tarjeta de débito. No sé dónde, no se cómo. Cuando llamé para cancelarla pregunté por los últimos movimientos, y ya habían sacado dinero y pagado con ella; extraña y afortunadamente, solo una parte del dinero, y solo una cuenta "pequeña". Fui al banco hoy a recoger el nuevo plástico y a retirar efectivo; a una sucursal que me queda lejos porque no todas abren en sábado; pero no me pueden dar otra tarjeta sin identificación oficial, y hace meses perdí la única que tenía. Ahora tendré que ir a una sucursal que me queda más lejos, y hasta el lunes. Frente al banco, sin tarjeta y sin más efectivo que $30, compre unos tacos de canasta y me quedé con lo suficiente para un pasaje de camión. Taco en mano, subí a una ruta "7", para descubrir casi de inmediato que no era la "7" que viene a mi casa. Caminé y caminé y caminé, hasta la casa de una amiga que junto con su mamá, es la encarnación del buen samaritano. Ellas financiaron mi viaje de regreso, y aquí estoy, cansada como si hubiera trabajado doce horas seguidas, apenas a las 13:42.

Cómo me gustaría, para variar, culpar a alguien de esto. Si bien la persona que haya aprovechado mi tarjeta hizo algo indebido: yo la perdí, yo no repuse a tiempo mi identificación, yo me arriesgué a quedarme con poco dinero en la calle, y yo me equivoqué de ruta. Qué se le va a hacer.

Silvia Parque

8 comentarios:

  1. Lo más arriesgado fue lo de comprar los tacos!!, el resto lo veo más del tipo: cosas que pasan. Pero con los tacos probaste a vivir al límite ;)
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Sí! Decisión de adolescente. ¡No lo vuelvo a hacer!
      Un beso, Matt.

      Eliminar
  2. Hay días en que todo se junta. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que así pasa con lo bueno y con lo malo :)
      Un beso, Susana.

      Eliminar
  3. Que tú hayas hecho todo eso no exime de su condición de hijo de perra al que te ha robado la tarjeta y hecho uso de ella. Tu religión quizá no te permita decirlo, pero la mía sí.
    No me ofenderé si no aceptas el comentario.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aprecio mucho la solidaridad, Macondo :) Al final, el dinero va y viene, pero algunos tenemos la conciencia tranquila, y otros no tienen conciencia ;D
      ¡Besos!

      Eliminar
  4. En toda mi vida, jamás he usado tarjeta. Siempre llevo el dinero en efectivo, en la cartera, sean 10 euros o sean 500.... Ya sé que me arriesgo a que me roben la cartera o a perderla, pero eso puede pasarme solamente una vez. Sin embargo, usar tarjeta es un robo casi diario por parte del banco.... a la larga, pierdo más dinero. Prefiero que me lo quite un desesperado a un chorizo como es el Banco. Besos, linda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué gusto saludarte, Jesús :)
      Molesta mucho cuando el banco hace de las suyas, sí; pero me resuelve mucho usar la tarjeta -es de débito, no de crédito-, sobre todo para que me hagan depósitos desde otras ciudades, y la verdad es que he sido muy afortunada con las cuentas que me tocan, gracias a Dios.
      ¡Besos, Jesús!

      Eliminar