Silvia Parque
viernes, 20 de septiembre de 2013
Cosas inesperadas ocurren
No tienen que ser enormes ni extraordinarias; pero a veces, también cosas casi increíbles ocurren. Puedes ir caminando, y de pronto, el excremento de un pájaro te ha caído en el hombro -deberías estar agradecido de que no haya caído en tu cabeza-. O puedes entrar a comprar un frappé moka, sentirte satisfecha de ti misma porque lo pides sin crema batida, y vivir una serie de actos que horas antes, minutos antes, o el instante anterior, no hubieras supuesto que vivirías.
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Es así. Ni hablar de las impresiones que esos momentos pequeñitos nos pueden dejar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí. Mira, hablando de puertas que se cierran, resulta que hay puertas que ni habías visto, algunas pequeñitas como microventanas, que se abren...
Eliminar¡Un abrazo, Taty!