martes, 4 de septiembre de 2012

Casada con la libertad

Cuando estaba por casarme, una tía me aconsejó que tuviera en cuenta que perdería libertad. Lo que yo tenía en cuenta, era que ese hombre me había mostrado la libertad. Casarme con él, seguro era un pase a la libertad completa. Y más o menos. Nadie puede dar libertad; pero sí: unir mi vida a un hombre libre, fue y sigue siendo liberador.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Yo nunca he sido tan libre como después de casada. Lo que se hace por amor nunca ata. Suerte con el gimnasio. Un beso.

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    1. Lo mismo me pasa. Y también creo que el amor te sujeta de una manera diferente, que se elige libremente considerar al otro, tenerle en cuenta, a veces, prioritariamente.
      ¡Gracias, Susana! Veamos como sale el día dos.
      Un beso.

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  2. Yo tampoco entiendo que compartir tu vida con un hombre reste libertad, todo lo que se hace voluntariamente y por elección propia, incluso las renuncias, nunca puede hacerte sentir que no eres libre, la libertad es interior y depende de uno

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    1. Exactamente eso pienso. Las renuncias voluntarias, movidas por el amor, "ni se sienten", o casi- ni se sienten. Y tal como dices: la libertad es interior y depende de uno :)

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