El amor puede ser doloroso. Toca la vida desde adentro del cuerpo y eso tiene que doler. A veces transpira atracción. Además fermenta; se convierte en licor, en vinagre o en ambas cosas al mismo tiempo; se hace parte del organismo. Cuando ya es nada más "algo que pasó", seguro ya no duele. En todo caso, da sentido al resto de los dolores: por amor a una causa se han soportado torturas, por amor se supone que se viven sin rabia los dolores de parto.
Si fue amor, va a quedarse, pase lo que pase con la relación entre las personas.
Escribió una muchacha japonesa de un ghetto: "Por amor he dejado de ser hija, por amor he dejado de ser hermana, por amor he dejado de ser amiga. Prefiero el amor."
Silvia Parque
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