lunes, 17 de febrero de 2020

Hablemos

Mi tiempo y energía apenas me alcanzan, así que me viene muy bien haberme alejado de discusiones estériles en redes sociales y reservarme muchas de mis opiniones; así, además, no doy material a posturas que considero destructivas y que fácilmente pueden descontextualizar lo que escriba para apoyarse: ya sé que mis palabras no tienen gran repercusión, pero me importa hacerme cargo de lo que ocasionen a donde lleguen, en la medida de lo posible... 

Bueno: pues así hemos pasado de la mitad de febrero sin que yo diga casi nada sobre la violencia que vivimos en este país, donde se siguen sumando casos de niñas y mujeres desaparecidas, torturadas y asesinadas. El Estado sigue siendo tan ineficaz como ha sido desde que nos hicimos famosos por las "muertas de Juárez"; ahora es peor porque se sabe más de lo que debería hacerse y no se hace o se hace tan mal que no es exageración considerarle un Estado criminal.

Al menos en este lado del mundo, todas somos damnificadas por una cultura machista que agarra nuevos bríos de las emanaciones de un tejido social descompuesto; urge que se comprenda que todas estamos en riesgo y, sin embargo, nuestro "nivel" de riesgo es diferente: es peor para aquellas que son consideradas de poco o ningún valor: las pobres, las indígenas, las obreras...

Vivimos entre inmundicia, como cuando ya no percibimos el olor a encerrado de una habitación en la que hemos estado toda la tarde, hasta que un día, el horror nos da otro golpe y, gracias a Dios, las que luchan gritan y rayan paredes. Hoy hay una comunidad enojada por el asesinato de una niña de siete años que fue encontrada desnuda y torturada. Hace días, la noticia era el modo en que un tipo asesinó y trató el cuerpo de quien fuera su pareja, y el modo en que se expuso la imagen de su cuerpo, como si hubiera sido ropa vieja tirada. De cuando en cuando pasa algo así, especialmente cruel, especialmente indignante, y algunas nos ponemos tristes y nos enojamos, mientras otros tantos hacen bromas, exponen su conocimiento sobre formas de matar y deshacerse de las evidencias, culpan a la víctima y le quitan importancia a la tragedia. Da asco.

Tomemos posición. Hablemos. Nuestras acciones posibles en nuestros espacios cotidianos a favor del ejercicio de nuestros derechos, en contra de todo tipo de discriminación y violencia de género, pueden hacer red, nos fortalecen y nos protegen. Y demos gracias porque hay mujeres capaces de convertir su furia en protesta organizada.

Silvia Parque

8 comentarios:

  1. Lo lógico sería que la lectura de estas noticias produjera ganas de vomitar, pero parece que está sucendiendo todo lo contrario: cunde el ejemplo. Aquí tuvimos a unos violadores de una chica, que es autodenominaban "la manada" y ahora parece que aparecen degenerados por todas partes queriendo hacer su propia "manada" para salir en los medios de comunicación. Creo que allí todavía estáis peor, aunque evidentemente no me sirve de consuelo.

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    1. A mí me interesa mucho por qué no dan ganas de vomitar. ¿Cómo sucede que las personas "normales" encuentran estas cosas como simple material de charla? Sobre todo: ¿ahora qué hacemos? Sí creo que estamos peor acá: las cifras son de película; pero nunca es poco el infierno cuando ya es infierno...

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  2. EStá el clima revuelto en diversos países latinoamericanos. Respecto a la mujer el machismo no sé si se salva algún país, pero en Méjico dicen que es tremendo el número de muertas por ser mujer, nada.

    Una lacra que no sé cómo combatir, pero con leyes protectoras para ellas y punible para ellos seguro. Un abrazo y sigue sin desperdiciar neuronas en redes sociales que seguramente no te hagan cambiar de manera de pensar.

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    1. No sé bien si por acá está revuelto el clima: creo que hace falta revolverlo porque efectivamente, las cifras son un horror. Se encuentran cuerpos como si se encontrara cualquier cosa... Las leyes son necesarias, pero hacerlas cumplir es lo importante y hasta el momento, no ocurre.
      Un abrazo, Albada.

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  3. Es increíble la impunidad de las autoridades.

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  4. Es terrible que en pleno 2020 se den estas situaciones. Como dice Macondo, aquí tuvimos el caso de la manada y ahora se ha "puesto de moda" violar a chicas en grupo. Aquí el problema es que la ley lo tiene dif´cil, porque claro, si la condena es casi la misma que pondrían por matar podemos caer en un problema: que el violador diga que por la poca diferencia que hay entre la condena por violación y la de asesinato, pues se arriesga a matarla y así a lo mejor se libra porque no lo puede denunciar.

    Hay que cambiar muchas cosas en todo el mundo, y en países como el tuyo, más. Y el primer paso es educar y que las nuevas generaciones rechacen el machismo.
    Muy feliz día.

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    1. Sí, está bastante difícil legislar y encontrar un marco para juzgar estos casos, pero sin duda, el primer paso es asegurar que niñas y niños crezcan libres, en lo posible, de machismo. ¡Feliz día, Marigem! Agradeciendo estar vivas :)

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