martes, 30 de agosto de 2016

El lugar de cada cual

Hace muchos años vi un capítulo de "Tres por tres" (Full House) en donde al papá se le ocurre contarle a la hija mayor el cuento del Patito Feo para intentar moverla de una posición de víctima. En cuanto otro de los personajes se entera, va a rescatar a la hija, que se asume confirmó sus sospechas de fealdad gracias al cuento. Pero el cuento no tiene la culpa de la falta de sensibilidad de algún papá real o ficticio: dice una verdad.

Hoy conocí ESTA historia sobre una niña a la que sus compañeros señalan por "rara", debido a que le gustan los insectos: toda una comunidad de entomólogos le ha dado aliento y apoyo. Ojalá en la escuela hubieran podido apreciarla mejor, pero a veces las cosas son así. Su mamá, en un acto de amor, logra señalarle algo "más allá". Algo así como: "allá" hay personas como tú; "allá" hay un lenguaje donde tu mirada puede moverse en plenitud. 

Como yo lo veo, el lugar de esa niña no es el patio de esa escuela con esos compañeros; puede adaptarse y hacer ajustes el tiempo que deba estar ahí; puede pasarla bien y hacer amigos; pero "su" lugar es otro. Y creo que de lo más importante en la vida es encontrar cuál es nuestro lugar. Uno de los peores errores que se pueden cometer es permanecer en un sitio al que no pertenecemos. A veces hay que salir de una familia de origen, expresamente para ya no "estar" ahí. A veces hay que cambiar de ciudad o de país. ¡A veces hay que cambiar de mundo! Se puede. Hay muchos mundos.

Silvia Parque

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