lunes, 11 de julio de 2016

Un error y tu hijo desaparece

Esta semana vi un video que creo se hizo viral: una niña está dentro de un local comercial, cerca de la puerta; un hombre da un paso adentro, la jala y se la lleva; la mamá está muy cerca -como a un metro- con un bebé en brazos; de inmediato sale tras su hija y la niña es recuperada. Ante la clase de juicios con los que me he topado en internet, pensé que si buscara en los comentarios -no lo hice- no faltaría quien dijera que qué imprudencia dejar que la niña esté cerca de una puerta, que debió haberla tenido tomada de la mano, que para qué sale con una niña y un bebé, y entrando en confianza criticadora: que para qué tiene más de un hijo si no puede cuidar dos.

Siempre puede haber mayor precaución; pero todo los que cuidamos niños, sobre todo niños pequeños, sabemos que algo puede fallar: algo puede faltar; no somos infalibles. De lo más insensible del mundo es linchar virtualmente a los padres que se equivocan o no logran ser más listos que un delincuente. Estoy absolutamente en contra de esos juicios acusatorios y de esas condenas inmisericordes que quedan tan a la mano tecleando en la computadora. Pero eso no significa que no haya responsabilidad en cada papá y cada mamá; somos los encargados de la seguridad de nuestros hijos, y sí: hay comportamientos descuidados, imprudentes y negligentes. Unos más que otros.

Volviendo al video del que empiezo hablando: yo no había pensado en que estar cerca de la puerta representa peligro para un niño. Ahora lo tendré en cuenta. Muchas cosas se aprenden así, tras un susto -en mi caso, viendo el susto que otra persona se llevó-.

Hay ocasiones, sin embargo, en las que realmente no se podía hacer más o prácticamente no se podía hacer más. Papás que acompañan a sus hijos hasta que toman un autobús para ir a la escuela y no los vuelven a ver. No todo el mundo puede llevar a sus hijos hasta la puerta del sitio al que van. A medida que los hijos crecen, tampoco sería muy "normal" hacerlo siempre; es decir, ¿no se puede dejar a un chico de once años ir solo a la tienda, que está a cuatro cuadras? Y ya sabemos que cualquier cosa puede pasar en los cinco minutos que se hace un camino de cuatro cuadras. Hay precauciones que sería complicado adoptar en la vida cotidiana.

A menudo parece una locura cómo otros padres toman decisiones sobre esto. Pensando en el niño que va a la tienda cercana. ¿A los diez años estaría bien? ¿A los nueve, a los ocho, a los siete, a los seis? ¿A los cinco? Yo pienso en un niño de cuatro años cruzando calles solo y me parece peligroso; pero habrá quien crea que su hijo está listo... tal vez hay niños que están listos.

Hace unos días leí una nota sobre una niña que desapareció de una fiesta de XV años. Se quedó dormida en la fiesta, su papá la llevó a dormir a su camioneta en el estacionamiento; no recuerdo cuánto tiempo después, el papá fue a mover la camioneta porque se lo pidieron: la niña ya no estaba ahí. Un rato antes había sido vista en la puerta del salón. Yo pensé: "¿en qué cabeza cabe dejar a una niña en una camioneta, en un estacionamiento?" Lo comenté con alguien y me dijo que antes las cosas eran diferentes: que algo así podía hacerse. "Pues ya no", pensé. Pero al fin de cuentas, no es más que un error. Un terrible error.

Silvia Parque

7 comentarios:

  1. Mi padre, con siete hijos, siempre decía que creía en Dios, pero que sobre todo creía en el ángel de la guarda. Puedes ser el mejor padre, pero es imposible tener todas las posibles situaciones controladas.
    Besos.

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    1. Yo no podría sentirme segura si no me supiera en manos de Dios. Es imposible tener todos los flancos cubiertos todo el tiempo.
      [Cuando era niña, en mi cuarto había un cuadro muy famoso del ángel de la guarda con unos niños que atraviesan un puente de noche. En mi casa también se creía mucho en él.]
      ¡Besos, Macondo!

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  2. Hola, Silvia! También vi el video, es terrible y con los hijos nunca hay precauciones suficientes.
    Un abrazo!

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    1. ¿Verdad que impresiona? Es así: nunca hay precauciones suficientes: si no es por su propia necesidad de explorar y su inquietud, es por la mala sangre de otra gente. Pero bueno...
      ¡Un abrazo!

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    2. Ay, esa expresión "mala sangre" es fea... pero así salió.

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  3. Me temo que a veces todas las precauciones son pocas. Un beso.

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